martes, 7 de febrero de 2012

Especulaciones sobre el conflicto de Malvinas.

Los titulares de todo el mundo rezan que el conflicto entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de las islas Malvinas, no está siendo resuelto por vía diplomática. Gran Bretaña, augurando falsos argumentos, pretende quedarse con ellas, manifestando una actitud colonialista y silvestre, en pleno siglo XXI.

Argentina ya perdió su guerra en 1982, pero esa demostración de fuerza apenas si fue un indicio de qué aquel país contaba con mejor apoyo. Detrás de los ingleses, que eran potencia Per se, en la guerra de Malvinas, estaban apoyando militar y económicamente los estados Unidos, que se hacen llamar de América pero ya vemos a favor de los intereses europeos de quién elijen.
Actualmente Argentina está, militar y potencialmente, en idéntica situación de subordinación, respecto al imperio invasor. Pero no está tan sola como entonces. Ahora, con la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) –que no incluye a EE.UU. ni a Canadá-, puede pensarse en un respaldo mayor por parte de los países que la integran, no obteniendo, no obstante, el poder que tiene militarmente Inglaterra.

Al día de la fecha, 6/2/2012, Inglaterra está dando señales de que en caso de haber guerra, están dispuestos a combatirla. Saben que es más fácil y rápido para ellos, obteniendo al fin nuevamente por vía no diplomática ni pacífica, la soberanía sobre las islas. Con eso saltean las sanciones que pueden aplicarles por violar decretos internacionales, así como de enfrentar las duras críticas de algunos países que se sinceran con los hechos. Saben que una guerra, conlleva a estados de excepción en los que no rige la ley, donde vale matar y torturar y medir el tamaño a partir de los martirios, en donde las Malvinas, efectivamente, siguen siendo de ellos.
Además de esto, de ser una potencia que confía en su poderío, cuenta con el respaldo certificado de EE.UU. (que ya no existe como país, sino más bien como un aglomerado de capitalistas y empresariados, que no dejarían pasar una oportunidad como esta, para obtener luego su gran tajada de petróleo, actividad que parece el motivo fundamental de la trifulca que libran los ingleses.)

EE.UU. al respecto tuvo dos actitudes despreciables. Primero, anunció que Gran Bretaña estaba siendo dictadora, golpista e incoherente al querer quedarse con las Malvinas. Pero luego anunció su inversión de más de 1.500 millones de dólares, para las expediciones y extracción de petróleo que en ella realizan empresas inglesas.
Luego intentó mediar entre Argentina y Gran Bretaña, invitando a la solución pacífica del conflicto, pero viendo que a nada se llega (puesto que son sordos los oídos Británicos), reveló hace pocos días que de darse la guerra armada, ellos estarán del lado del imperio invasor, de los ingleses.

A la vista de todos los hechos, Argentina debe evitar por varios motivos la guerra. En Primer lugar porque militarmente es inferior, y una derrota se hace inminente. En segundo lugar, porque al librar una guerra, entra al juego de que se decida si son nuestras o de ellos las islas, a partir de la fuerza, cuando lo que tiene que conseguir, es que entre en el camino de la diplomacia y el dialogo. En tercer lugar, no menos drástico, es que la guerra sería una invitación a los EE.UU. para arrebatar contra los que se oponen a sus intereses, como es el caso de varios países de Latinoamérica, que ya no soportan el sometimiento.

El conflicto que está caliente y tenso en este momento, se ve agravado por voces que se suman a la disputa. Pensar enervado puede hacer trastabillar hasta al más estratega. Chávez (presidente de Venezuela) anunció ayer su apoyo incondicional a la Argentina, y añadió que “Si al imperio británico se le ocurriera agredir militarmente a la Argentina, Argentina no estará sola”. Con eso lleva el problema a la dimensión de guerra donde no deberíamos ingresar. Completó diciendo que su país no es una potencia, pero “algunos hierros tenemos y voluntad para enfrentar cualquier agresión imperialista”. Apoyo la emoción de Chávez para impedir que el imperialismo siga haciendo estragos y creo que en el futuro, esa va a ser la actitud que pueda liberar a los pueblos. Pero no puede esperar que hoy día consigamos algo por esos medios, cuando las potencias que nos enfrentan son Gran Bretaña y EE.UU., con lo de grandilocuentes y primitivas que resultan.

Preferible, es cobarde pero sensato, perder las Malvinas, a perder la independencia. Supongamos que se llegue a la guerra; de vernos involucrados varios países latinoamericanos, nos declararían (los atacantes) como subversivos antidemocráticos, motivo suficiente para reinstaurar a fuerza de armas la “democracia” en todo el continente. EE.UU. no dejaría pasar la chance de atacar a mansalva a los países involucrados, en principio para adueñarse de las riquezas y los recursos de ellos, como lo hacen en cada guerra, en cada conquista. Pero además, con miras a reforzar la dominación ideológica y cultural, modo en que logran imponerse no por las buenas, a todo el mundo (símil a como los colonos sometieron a los nativos).
Claro ejemplo de este tiránico modo de proceder, es que ya lo hicieron con el plan Cóndor de 1975, cuando un golpe de estado sistemático azotó a varios países latinoamericanos la vez (incluida al año siguiente Argentina).
Argumentaban para eso, que el pueblo se estaba volviendo subversivo, cuando lo que en verdad sucedía era que los obreros organizadamente, se estaban apropiando de los medios de producción, dándole una patada en el culo a los capitalistas, que naturalmente, obtuvieron el amparo de su natal y mortífera superpotencia yankee, y volvieron a imponer de ese violento modo, las reglas del neoliberalismo.

"La historia demuestra que Estados Unidos siempre propició golpes de Estado para controlar a los países y defender sus intereses", dijo el argentino Pérez Esquivel, premio novel de la paz.

Sin ser drástico y solo hipotetizando, especulando posibles desenlaces, siempre basándome en hechos pasados y actitudes presentes, como también así en ambiciones futuras, surge una gran preocupación para tener en cuenta:
¿Cuántos países latinoamericanos podrían volver a su condición de colonia, si una guerra de amplia magnitud, se desencadena sobre territorio latino y centroamericano? Si actualmente siguen haciendo golpes militares y guerras donde las políticas económicas no son beneficiosas para ellos, ¿qué serían capaces de hacer, en un periodo de guerra que está fuera de la ley, y donde las características del ataque permiten llegar hasta las últimas consecuencias?

Actualmente los conflictos económicos se desencadenan a la luz de todos; velarlos es prácticamente innecesario, dado que los fundamentos con que lo sustentan, no son creíbles ni para un niño.
Asusta pensarlo porque la historia siempre ha sido igual. El final es triste. Nosotros pagamos las peores consecuencias. El mundo anda loco, los imperios avasallan sin ética, frente a las cámaras de TV. que se ufanan por conseguir las mejores tomas, siempre del lado de los que ganan la batalla. Acaso una nueva guerra de Malvinas sea la escusa perfecta para hacerle la guerra a todo el pueblo latinoamericano, en caso de que este se una para la defensa común.

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