martes, 23 de febrero de 2010

¿casualidad o causalidad?

El debate “casualidad/causalidad” pareciera no tener fin. Algunos atribuyen al azar los acontecimientos que suceden; otros, a las causas de dichos acontecimientos. Y sin embargo, ninguno de los dos, hasta ahora, parecía tener razón.
Unos sostienen que es casualidad cruzarse inesperadamente con alguien, es decir, al destino del azar. Otros consideran que hubo un conjunto de causas que llevaron a esos hechos, y por tanto es causalidad, un conjunto de causas que lleva a un resultado. Quienes explican la casualidad fundamentan y con certeza, que es impredecible lo que puede suceder, por más que las causas existan previamente. Quienes defienden la causalidad, reniegan del azar, y consideran que los hechos son resultado de las causas que los desencadenaron, y este fundamente, también es correcto.
“si voy al cine y te cruzo, sin haberlo planeado, entonces eso es casualidad” sostiene el primero. “pero si vos no ibas al cine, y justo yo no iba para el baño, y estábamos dentro del mismo salón, nunca nos hubiéramos cruzado, por tanto es causalidad” responde el segundo. La discusión se enrrieda cada vez mas en ejemplos y fundamentaciones que se alejan del verdadero problema.
¿Los acontecimientos, se producen por obra del azar, o son un resultado de las causas que lo componen?
Creo que la principal adversidad que encontramos al intentar responder esto, es que mientras creemos que hablamos de un mismo fenómeno, en verdad hablamos de dos cosas diferentes. No digo que se excluyan, que no tengan relación alguna, sino todo lo contrario, se complementan, y de la relación entre ellas (casualidad/causalidad) resultan los acontecimientos.
Pongamos un ejemplo para aclarar. Una persona camina por la calle, cuando llega a la esquina donde iba a doblar, decide continuar derecho. A la media cuadra lo asaltan, o se encuentra con un conocido, o lo mata un cartel, o se tuerce un pie…
Mi postura es que casualidad/causalidad son dos procesos diferentes y distintos, pero ambas parte de un mismo fenómeno.
Cuando este hombre eligió continuar derecho en vez de doblar cambio las posibilidades de su existencia. Las redujo a otro determinado número de posibilidades, completamente diferente a lo que por la otra calle hubiese sucedido. Por tanto, esta sería, en mi opinión, una causa, y es sin duda parte de lo que le sucederá luego. Si el hombre no doblaba, naturalmente no le sucedía lo mismo. Esta causa, entre todas las demás que componen una situación (el hombre andaba por ahí, tenia algo que hacer, iba por esa vereda, hacia determinado lugar, en ese momento, etc.…) determinan relativamente el futuro desenvolvimiento de los hechos. Pero ¡ojo! no lo determinan por completo, una situación escapa al conjunto de causas que la componen, es más que ellas, sino sería fácilmente predecible. En cambio, suceden tantos acontecimientos inesperados, que no podemos negar que son insuficientes las causas para explicar un hecho. ¿Cómo explicaríamos sino que, tanto como pudieron haberle robado, podría no haber sucedido nada? En este caso, las cusas serían casi las mismas y sin embargo haber cambiado completamente la situación. Por tanto, uno advierte que la situación es más que la suma de sus partes, que es más que la causalidad pura. Y aquí yace la resolución de este enigma, y donde introduzco el término causalidad, en relación con las causas.
Si consideramos una situación como un conjunto de causas relacionados entre sí, y que esta relación da un resultado particular (propia de esa combinación de elementos) entonces estamos definiendo este resultado de causas como una estructura. Esta estructura, que es una combinación única de las causas, obtendría en su resultado final un plus, un “mas que la suma de sus partes”, y que serían características que no se encuentran en las causas por separada, sino que son algo nuevo que surge de la combinación particular que se da entre dichos elementos. Tal como H2O se forma con H y O, dando algo completamente nuevo, características que no se encuentran en los elementos por separado. Esta explicación estructural de las situaciones permite entender el fenómeno de la casualidad, la otro parte –junto a las causas- de los acontecimientos. La casualidad sería entonces esa relación particular que se da entre las causas, pero no solo esa suma de causas, sino que obtendría además un margen de “libertad”, de impredecibilidad, dado el plus que obtiene toda estructura de la vinculación entre sus partes. Es pues, diferente una cosa de la otra. La casualidad que intenta explicar todo a partir del azar, no es suficiente si se le fundamenta que bajo los acontecimientos yacen causas que lo condicionan. Y la causalidad es insuficiente cuando dando las causas de los hechos, no puede explicar acontecimientos impredecibles, y que solo a posteriori pueden inferirse sus causas. Podríamos decir que nadie acierte al responder si es causalidad o casualidad el proceso que rige los hechos, dado que niegan la otra parte que constituye una situación.
Una casualidad seria una estructura; compuesta por un conjunto de elementos que serían las causas. Por tanto la casualidad sería el resultado final de causa interrelacionadas, que no determinarían por completo la situación a advenir, pero que influirían grandemente en su constitución. De hecho, la casualidad no es independiente ni mucho menos de las causas que la componen, pero tendría sin embargo un funcionamiento individual, exclusivo y propio, donde estaría infiltrado el azar. Azar que no rige en el vacío, sino sobre las causas que componen esa situación. Por esto es que casualidad/causalidad son dos procesos diferentes de un mismo fenómeno, y no debe discutirse entre estos dos términos dado que son incompatibles de resolver. Como plantear si lo que permite la vida en la tierra es la energía solar, o el oxigeno.