martes, 30 de junio de 2009

La pieza; el tiempo.

Mi habitación no es sino una extensión exacta de mi persona. Es, por así decir, un brazo, un miembro propio, que se mueve acorde a mis movimientos, que se organiza en torno a mi vida. Es por esto que si la pieza esta desorganizada, o levemente desarreglada, o acaso ordenada por completo, esto se da por como repercute mi estado transitorio de animo en todo lo que se me relaciona. Así mismo sucede con el auto, la cocina, el baño, la ropa, la bicicleta, la plata, la mochila, las amistades, el trabajo, y demás. Todo cuanto conmigo, y con cada sujeto, se relaciona, se tiñe con un tinte personal; y no podría ser de otra manera, de lo contrario, no seriamos propietarios de las experiencias personales, y por otro lado, porque nuestra personalidad supera ampliamente lo que creemos reconocer como tal, y automáticamente sin alternativa, cuando somos, somos mucho mas de lo que queremos ser; somos lo que realmente somos, y por esta simple razón, todo cuanto se relaciona con nosotros, toma un tinte personal mas amplio que el que conscientemente consideramos. Porque de algún modo nos precipitamos al mundo, y la personalidad es quien se encuentra con él; no nosotros, sino nuestro ser en situación. Constantemente a la experiencia le damos una forma y un sentido, y esto se da inconscientemente, sin voluntad ni consentimiento.
Cuando a menudo la pieza esta muy zaparrastrosa me digo:
-francisco te vas a tener que esforzar por mejorar. Últimamente estas muy desganado; o vago; o dejado. La pieza revela mi desorden en la vida, y aunque no sea nada grabe, aunque todos en algún momento del mes, o del año, o de la vida si la persona es muy perfeccionista, todos en algún momento tengan la pieza desordenada, tomo esta señal de alerta como una alarma que me avisa: ¿estas obrando correctamente?
Y da la casualidad que cuando me hago estos planteos respondo:
-estoy estudiando poco, no estoy poniéndole ganas, no alivio la labor de mis padres siquiera colaborado en casa; ¡que me esta pasando que tengo la pieza tan tirada! ¿Porque tan desarreglada? Me pregunto, y como una carta de mis actos, cada cosa que conmigo se relaciona, y en consecuencia, altero o modifico, la considero una prueba, una pista de la cual guiarme, para analizar aunque sea superficialmente (ya que mas hondo no puedo ir), en donde ronda mi cabeza, en esos momentos que son, precisamente, la situación. Y que mas da que hablar de Ser-en-situación, si es todo lo que vivimos, y por ende, lo único que realmente conocemos que existe.
El pasado y el futuro no son sino proyecciones mentales propias de nuestra subjetividad, pero lo que en realidad vivimos no es antes ni después, sino ahora; tal y como viven los animales (o como consideraban el tiempo los mayas). Por otro lado, no digo que los dos tiempos verbales propios de la mente sean negativos, al contrario, gracias a estos hemos logrado lo que hay; no hablo del caos, solo de la razón, el problemas de considerar los tres tiempos como algo natural hace que algunos, muchos y ninguno, hagamos cosas como, postergar, arrepentirse, elegir hacer o no algo, ahora o después, dado que consideramos los tres tiempos con el mismo valor, sin advertir que el pasado y el futuro no son un tiempo, generando que el presente, el aquí y ahora, se torne superfluo, haciéndonos en el tan irresponsables, como en un vago recuerdo del pasado, o en una loca y simple fantasía del futuro. Si obráramos correctamente ahora, no habría de que preocuparse ni antes ni después, al menos teoricamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario